Las cenizas funerarias son el producto que resulta de la cremación de una persona que ha fallecido, después del proceso de incineración del cuerpo. Muchas personas prefieren este método, y así lo dejan constar antes de su muerte.
Sin embargo, existen diferentes prácticas que se hacen con las cenizas, siendo una de las mismas dividir las cenizas del difunto para que cada familiar conserve una parte de las mismas. Pero, debes conocer todo al respecto antes de tomar una decisión sobre lo que debes hacer con las cenizas.
Las cenizas de un difunto normalmente se dividen y se reparten en relicarios a los familiares más allegados si así lo decide la familia. Esta es una práctica bastante común, en especial si hablamos de hacerla fuera de la religión católica.
En el caso de la religión católica se tiene una normativa muy estricta respecto a la conservación de las cenizas que vamos a conocer.
Esta es una práctica que cada vez es más común, para que se puedan tener cenizas por parte de los familiares más allegados. En estos casos, lo que se hace es que se dividen las cenizas en pequeñas urnas o en relicarios que estarán destinados para tal fin.
No hay ningún impedimento legal para realizar esta acción si la familia lo desea. Pero recuerda, si tenéis pensado dividirlas para que cada familiar las esparza donde le parezca, tenéis que saber que cada Comunidad Autónoma tiene sus reglamentos y casi seguro vais a tener que pedir un permiso al ayuntamiento de turno para poder esparcirlas. Y por último, lo que nunca vas a poder desechar es el recipiente de la urna. Eso, aunque esparzas las cenizas, te la tienes que quedar.
Según las normativas que establece la iglesia católica, las cenizas de un difunto no se pueden esparcir en ningún sitio, mantenerlas en casa o dividirlas. Por lo tanto, muchas de las prácticas que son comunes en realidad van en contra de las normativas de la iglesia.
También está prohibido que se creen joyas a partir de las cenizas, como es el caso de las empresas que ofrecen convertir las cenizas en diamantes. La iglesia no se opone en ningún momento a la cremación, pero en las nuevas normativas se establece que estas deben permanecer en un lugar sagrado.
Por este motivo, no se encuentra permitida la dispersión de las cenizas al aire, en la tierra o en el agua. Las cenizas se pueden conservar en casa, únicamente en casos graves o en circunstancias excepcionales.
La iglesia católica ha puesto una restricción para los difuntos de poca fe. Si los familiares o la misma persona han expresado que su voluntad es ser cremado o que sus cenizas sean esparcidas, se debe tener en cuenta que estas son contrarias a la fe cristiana.
En estos casos, se debe tener en cuenta que no se podrán solicitar las exequias, porque en estos casos las mismas serán negadas por la iglesia de acuerdo con las normativas establecidas. El documento presentado por la Comisión Teológica Internacional, es contundente en cuanto a su oposición a la cremación.
La iglesia considera esta técnica como algo brutal, sin embargo, no se establece que sea una práctica en contra de la fe. Sin embargo, las cenizas deben almacenarse en un lugar adecuado para que se cumpla con las normativas católicas.
Por este motivo, siempre se deben llevar las cenizas a un lugar como un cementerio o una iglesia, pero nunca se deben esparcir en ningún sitio. Tampoco se deben conservar en casa, y mucho menos se deben dividir en varias urnas o relicarios para los diferentes familiares puesto que esto está en contra de la religión.